Resolución: Encuentro Virtual de la Regional Sur FSP

Detener a los gobiernos neoliberales y conservadores, respaldar al gobierno de Argentina y un llamado a la unidad en el Cono Sur. Marzo de 2021.

Los partidos y movimientos políticos de la Regional Sur del Foro de São Paulo de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay realizaron una reunión por virtual en la que hemos debatido la coyuntura política y social de la región, y la compleja situación debido a la pandemia del Covid-19 con motivo del 50 Aniversario del Frente Amplio de Uruguay, ejemplo de unidad en la diversidad de las fuerzas de izquierda.

América Latina es la región más afectada por la pandemia de Covid-19. Un total de 23.605.223 casos de COVID-19 han sido registrados en América Latina y el Caribe. Brasil es el país más afectado por esta pandemia en la región, con alrededor de 12 millones de casos confirmados. En nuestra región con sólo el 8,4% de la población mundial, la región ha registrado el 27,8% de las muertes por COVID-19 del mundo.

Según la OIT la pérdida de horas de trabajo en 2020 en ALyC fue aproximadamente cuatro veces mayor que la registrada durante la crisis financiera mundial de 2008 – 2009.  La pérdida de horas de trabajo estimada para los dos países más grandes de América Latina y el Caribe, son Brasil con 15%  y México, 12,5%.

Según las nuevas proyecciones de la CEPAL, como consecuencia de la fuerte recesión económica en la región, que registrará una caída del PIB de -7,7%, se estima que en 2020 la tasa de pobreza extrema se situó en 12,5% y la tasa de pobreza alcanzó el 33,7% de la población. Ello supone que el total de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior. De ese total, 78 millones de personas se encuentran en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.

En América Latina y particularmente en el Cono Sur, la actual etapa está marcada por la disputa entre las oligarquías y burguesías apoyadas por el imperialismo norteamericano y quienes apuntamos a una integración soberana y auto determinada de nuestra Patria Grande.

La reciente victoria de Luis Arce en Bolivia venciendo la dictadura impuesta de Añez, el triunfo popular en Chile para poner fin a la constitución de la dictadura de Pinochet y las movilizaciones que derribaron parte del gabinete ministerial de Mario Abdo Benítez en Paraguay, demuestran que los pueblos están en lucha contra los representantes de la oligarquía continental y los sectores más conservadores aliados al imperialismo.

Los próximos actos eleccionarios en Chile son decisivos para nuestra región. El proceso constituyente y la elección de una Convención Constitucional abierta por la movilización social y la revuelta popular, es el primer desafío que culminará hacia fin de año con la elección presidencial. Para ello, la unidad de los partidos, movimientos de izquierda y progresistas nucleados en el FSP con los movimientos sociales es el camino para profundizar la movilización social y la alternativa antineoliberal transformadora y derrotar a los sectores neoliberales y pro imperialistas. La liberación de presos políticos de la revuelta es una exigencia de las manifestaciones pacíficas del pueblo chileno, cuyo proceso constituyente pondrá fin a la herencia neoliberal de la  dictadura de Pinochet.

En Paraguay la hegemonía de la oligarquía paraguaya de más de 70 años a través de la cúpula del Partido Colorado, entró en profunda crisis al manifestarse no sólo la corrupción estructural en forma más aguda durante la pandemia, sino al priorizar Abdo Benítez los negocios privados por encima de la salud pública. En los hospitales públicos no hay medicamentos ni insumos médicos que sí hay en cadenas farmacéuticas oligopólicas privadas, la principal ligada a Horacio Cartes, el principal apoyo de Abdo.

Así, ante la aguda falta de medicamentos e insumos, la gente tenía la disyuntiva de dejar morir a sus seres más queridos, o de liquidar sus pocos bienes e ingresar a la más brutal miseria. Esta indefensión total terminó enfureciendo a la mayoría de la población que hoy está en las calles exigiendo la salida de Abdo Benítez y Velázquez, presidente y vice, así como de Horacio Cartes, el mandamás del país. Las fuerzas políticas y sociales democráticas y progresistas se movilizan junto a la gente y permanecerán en las calles todo el tiempo que haga falta. Debemos estar atentos a lo que pasará en Paraguay en los próximos días.

En Brasil bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, Brasil vive una tragedia humanitaria y un desmantelamiento económico*. Brasil vive una gran tragedia humanitaria en el contexto de la pandemia mundial del nuevo coronavirus. Pocos países han visto una gestión más desastrosa que la del gobierno de Jair Bolsonaro, con total abandono de su población. Los primeros meses de 2021 son dramáticos. El gobierno trabaja contra su propio pueblo y el mismo comportamiento delictivo y fuertes características de necropolítica se observan en la crisis en el suministro de vacunas para la población brasileña. El mismo gobierno se ha mostrado incapaz de promover la reanudación de la actividad económica y evitar la desindustrialización del país. El país tiene el mayor déficit público de la historia, con datos omitidos por el gobierno y es seguro que el primer trimestre terminará con un PIB negativo. La degradación sanitaria, social y económica se da en un escenario político de incertidumbre sobre el futuro. Continúan las constantes amenazas a la democracia, con el estímulo del gobierno a la toma de posiciones políticas por parte de las fuerzas armadas y un aumento de la ocupación de posiciones por parte de los militares. Bolsonaro continuó diciendo que son las Fuerzas Armadas de un país las que deciden si habrá democracia o no. La situación hace que las fuerzas de izquierda del país intensifiquen sus luchas y búsquedas conjuntas de alternativas.

La reciente absolución de Lula es un soplo de esperanza para un cambio de juego que podría llegar en 2022 si se alcanzan grados importantes de unidad de las fuerzas populares.

En Argentina la gestión del gobierno nacional de Alberto Fernández en relación a la pandemia ha sido exitosa y ejemplar. Las vacunas están llegando regularmente y el plan de vacunación está en marcha  Esto causa el rechazo de sectores que en un principio criticaban al gobierno por negociar la compra de vacunas con Rusia y China. La situación económica está mejorando  pudiéndose mantener el dólar estable y hay perspectivas de buena recuperación este año. La derecha insiste con las estrategias de Lawfare contra Cristina  aunque cada vez queda más en evidencia la mentira  detrás de todas las acusaciones.

El poder real es muy fuerte en Argentina y opera contra el gobierno de Alberto Fernández. La oligarquía terrateniente, la Agrupación de Empresarios Argentinos, los grandes medios de comunicación y una oposición despiadada que no da tregua al gobierno incrementa su accionar buscando su desestabilización.

Desde la regional sur del FSP expresamos nuestro apoyo al gobierno argentino  y llevaremos adelante acciones para defender sus conquistas sociales y derechos adquiridos.

En Uruguay la restauración del gobierno neoliberal y conservadora del gobierno de Luis Lacalle Pou está siendo enfrentada por la recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). El Frente Amplio, el Pit-Cnt (Central Única de Trabajadores) y todo el movimiento popular nucleado en la intersocial buscarán llegar  a las 750.000 firmas para plebiscitar 135 artículos de la LUC, el “corazón” de la restauración neoliberal.

Uruguay pasó de ser un ejemplo mundial contra la pandemia – en gran medida producto de las fortalezas institucionales que el Frente Amplio generó – a ser el país per cápita con más casos de Covid en el continente, y además el que menos invirtió en políticas públicas para mitigar la pandemia.

Hoy Uruguay tiene 100 mil pobres más, aproximadamente la mitad de ellos son niñas y niños; hay alrededor de 80 mil personas en el seguro de paro; decenas de miles comen en el INDA (Instituto Nacional de Alimentaciòn) y en las ollas populares; miles corren peligro de quedarse en la calle porque no pueden pagar el alquiler al haber perdido su trabajo; se perdieron 60 mil puestos de trabajo y cerraron 10 mil empresas.

El Frente Amplio exige que los impactos sociales y económicos de la pandemia deben ser atendidos al tiempo de la aplicación de las medidas de control que se tomen, ya que se observa un aumento de la pobreza, de la desigualdad, del desempleo y una caída de los ingresos de trabajadores y jubilados.

El MERCOSUR cumplirá 30 años. La concepción neoliberal de su origen fue cambiada por los gobiernos de izquierda y progresistas en los  primeros años del siglo XXI.  Los mismos intentaron asociar al Bloque con la Integración Latinoamericana y Caribeña y el surgimiento aemás de la CELAC. Se revalorizó el papel del estado como “agente de desarrollo” y se combatieron las “asimetrías”. Se propuso una complementación de la infraestructura regional donde las grandes empresas públicas de la región, tenían un papel fundamental. A pesar de estos esfuerzos, es necesario

En la actualidad asistimos nuevamente a un giro comercialista y neoliberal en el bloque, característico de los años 90 cuando se creó.

Es por ello que debemos impulsar la inserción internacional en nuestra subregión, debemos apostar a la complementación económica y a apostar a la negociación comercial en bloque. Asimismo, resulta imprescindible insistir y potenciar el Mercosur, expresando nuestro rechazo a las iniciativas que pretenden flexibilizar el Bloque.

En el actual contexto de disputa entre la izquierda y la derecha, es necesario rescatar las notables experiencias  de los gobiernos progresistas, populares y revolucionarios que gobernaron la mayoría de nuestros países en los primeros 15 años del siglo XXI. Estudiar sus logros, difundir sus conquistas, pero también estudiar en profundidad sus errores y debilidades y hacer procesos profundos de autocrítica que permitieron la contraofensiva exitosa y en poco tiempo del enemigo de clase.

La ofensiva explotadora y opresiva del imperialismo contra nuestros pueblos, enfrenta la resistencia de los trabajadores, estudiantes, campesinos y un amplísimo abanico de organizaciones sociales que es necesario unificar. Luchar por el derecho al trabajo y otros derechos laborales, por los derechos sindicales, por los derechos sociales; contra todas las formas de explotación y discriminación; en defensa de los derechos de la mujer; contra la guerra y por la paz; por la justicia y el progreso social; por transformaciones democráticas, antimonopolistas y antiimperialistas.

 

Marzo 2021