Documento base del XXVI Encuentro del Foro de São Paulo

 

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I. Introducción

1. El XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP) se realiza en un momento de profundas transformaciones en la situación política de América Latina y el Caribe, al producirse un cambio favorable en la correlación de fuerzas, signado por rebeliones populares en casi todo el continente, que se expresan en estallidos sociales, creciente movilización popular y en el desafío al proyecto ideológico y político capitalista neoliberal, así como en los procesos electorales, en los que se reagrupan amplios frentes democráticos y progresistas y nuevas fuerzas irrumpen en el escenario, con base en las ideas coincidentes que propone y defiende el FSP. Al mismo tiempo, las fuerzas de la derecha y la ultraderecha, desplazadas en las urnas, intentan volver al poder con el apoyo del sistema judicial y los monopolios de la información.

2. En cada fase de la historia reciente emergen programas y propuestas políticas, que no solo cuestionan a fondo la esencia y los planes del imperialismo, sino que, aun debiendo enfrentar en diversos casos y grados de resistencia de las oligarquías locales y sus poderes fácticos, han puesto en marcha procesos de distribución progresiva de los ingresos, y despliegue de las fuerzas productivas en la lucha por la erradicación de la pobreza, la equidad social, y la defensa de los derechos legítimos de los pueblos, que tienen entre sus propuestas fundamentales la integración económica, social y política de América Latina y el Caribe.

3. Desde el XXV Encuentro en Caracas en el 2019 hasta el 2023, las fuerzas organizadas, sociales y políticas, que confluyen en este espacio de la izquierda continental, han protagonizado una intensa lucha por la defensa de los derechos políticos, económicos y sociales de los pueblos y la soberanía nacional; mientras que, en dirección contraria, la derecha pro imperialista transita la ruta del golpismo, de la ilegalidad, del desconocimiento de las constituciones y de las leyes. Su accionar se caracteriza por promover agresiones armadas, golpes de Estado, campañas mediáticas y cibernéticas basadas en la mentira, desinformación, fake news y en algunos casos su propuesta se centra en el bloqueo económico, sanciones o medidas coercitivas unilaterales, en alianza con las fuerzas neofascistas que los dirigen desde los centros del imperialismo.

4. La iniciativa política está en manos de las fuerzas populares y de los gobiernos progresistas del continente; el neoliberalismo incoherente y antidemocrático, nada tiene para decir o proponer, y solo se consumen en sus ataques mediáticos reactivos a las ideas de las fuerzas de la izquierda latinoamericana. El imperio se vale del apoyo y control de los medios de comunicación tradicionales y digitales, los cuales no han logrado desarticular a los movimientos populares. Los retrocesos parciales que transitoriamente habían logrado, ahora se han convertido en victorias, o en una disputa abierta entre la ultraderecha neofascista y amplios frentes democráticos, progresistas y populares que avanzan en la construcción y fortalecimiento de coaliciones unitarias que han salido triunfantes.

5. De ahí la importancia de sostener y profundizar los esfuerzos comunes que nos han llevado a ampliar estas conquistas políticas, debatiendo democráticamente y con respeto a nuestras diferencias, priorizando las propuestas estratégicas que nos unen.

6. Todo este proceso de estallidos sociales y resistencias populares tiene sus causas en la crisis general, sistémica y multidimensional del capitalismo, que expresa su incapacidad para dar respuesta a las necesidades de los pueblos, en su insistencia en promover las guerras y conflictos, incluyendo la violencia política, el imperialismo configura regímenes políticos que patrocinan un modelo basado en el deficiente funcionamiento del Estado y en su privatización, que aumenta el desgaste de su sistema representativo y de los partidos de la derecha tradicional, impidiendo opciones de cambio real que permitan configurar escenarios de participación popular. Como resultado, el imperialismo ha encontrado la respuesta social basada en la unidad de acción y la protesta indignada, la que ha impulsado a las fuerzas políticas progresistas y de izquierda, y a los movimientos sociales y populares de la región, a obtener resultados electorales importantes que perfilan un camino para la transformación necesaria a favor de los más necesitados. Consolidar y fortalecer la correlación popular de fuerzas y la unidad en favor de las transformaciones es un elemento determinante a tener presente en cada caso y tiempo.

7. Vivimos un momento crucial de resistencia y lucha continental. A la firmeza y avances de Cuba, Venezuela y Nicaragua, se han sumado victorias electorales que, teniendo como premisas la unidad programática, han frenado el desarrollo del neofascismo en la región. Los triunfos presidenciales en México, Santa Lucia, Bolivia, Brasil, Colombia, Honduras, Perú y Chile, son ejemplos elocuentes. Han sido determinantes los crecientes liderazgos de los presidentes de México, Honduras, Cuba, Venezuela, Colombia, Bolivia y Brasil, para impedir los intentos imperialistas de dividir y fragmentar la región.

8. Las resistencias populares del continente han sido cruelmente reprimidas por las fuerzas que se oponen a estos procesos progresistas. La derecha actúa en función de mantener el dominio y control de la región en defensa de su proyecto político, fruto de sus intereses convergentes con el capital transnacional, bajo la hegemonía del gobierno estadounidense. El principal objetivo, expresado desfachatadamente por representantes estadunidenses, es mantener el control de nuestros recursos naturales, retomando la Doctrina Monroe, a 200 años de su proclamación, como principal estrategia contra la soberanía y libre determinación de las naciones latinoamericanas y caribeñas.

9. La masiva movilización del pueblo peruano, frente a la conspiración golpista de la ultraderecha contra el gobierno democráticamente elegido, es también una muestra de lo que puede esperarse en el continente si continúa esta estrategia colonialista e imperialista.

10. La Covid-19 afectó de forma dramática a la toda la humanidad, y puso al desnudo la naturaleza inhumana del sistema capitalista y sus políticas neoliberales. Al mismo tiempo significó una victoria moral, científica, de resistencia para Cuba que, a pesar del recrudecido bloqueo, produjo sus propias vacunas e inmunizó a su población, como lo hicieron China y Rusia. Estas y otras naciones han cooperado de diversas formas con numerosos pueblos del mundo en la lucha contra la pandemia, poniendo en alto la sensibilidad y la solidaridad entre los seres humanos.

11. Las consecuencias de la crisis multidimensional del capitalismo, resultado de profundas desigualdades acumuladas, agudizada por la pandemia de la COVID-19, impacta demoledoramente en la vida de los pueblos y la estabilidad de los países, ello nos obliga a persistir en proyectos políticos que coloquen en el centro al ser humano, en la participación democrática popular, el predominio de lo social y lo colectivo, en nuestra identidad latinoamericana y caribeña; así como, en los principios irrenunciables de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, en particular el respeto a la soberanía y libre determinación, generando acciones comunes y una actitud solidaria y de cooperación anticolonialista y antiimperialista.

12. Ante este complejo escenario, la historia nos ha enseñado que solo la unidad en la diversidad de las fuerzas políticas de izquierda, los movimientos sociales y populares y la intelectualidad progresista, nos permitirán enfrentar al imperialismo norteamericano, superar la difícil crisis económica y financiera, la inflación, las políticas regresivas de los gobiernos neoliberales, reconstruir y fortalecer la integración de América Latina y el Caribe y hacer realidad la necesaria complementariedad entre nuestros países que contribuya al desarrollo económico y social, en beneficio de los pueblos.

13. Hoy, más que nunca, cobran vigencia las palabras Bolívar, en su conocida Carta de Jamaica: “El velo se ha rasgado: ya hemos visto la luz, y se nos quiere volver a las tinieblas; se han roto las cadenas; ya hemos sido libres; y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos”.

14. Como se define en el documento Consenso de Nuestra América: “Desde nuestros aciertos y desaciertos, enseñanzas y aprendizajes, consideramos que se extraen suficientes lecciones como para legitimar nuestra lucha y nuestros proyectos. Nos disponemos a enfrentar y superar resueltamente y unidos este estado de cosas. Es lo que nuestros pueblos esperan de nosotros y a ello debemos encaminar nuestros esfuerzos, rectificaciones y perspectivas”.

II. La integración de América Latina y el Caribe

15. “¿Qué menos podemos hacer nosotros, y qué menos puede hacer la izquierda en América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad? Eso debiera estar inscrito en las banderas de la izquierda. (…) Ningún porvenir tendríamos sin la unidad y la integración”. Fidel Castro Ruz, Clausura del IV Foro de Sao Paulo, La Habana, julio de 1994.

16. El FSP tiene entre sus postulados fundamentales la unidad y la integración de las naciones latinoamericanas y caribeñas, en cada uno de los momentos de los gobiernos progresistas, en las esferas parlamentarias, en las acciones de los movimientos sociales, populares y sindicales, en los foros académicos y en los espacios culturales, la fuerza de la integración se ha puesto de manifiesto. La cultura, las artes, la poesía, los artistas, los saberes sociales son en nuestro continente expresiones auténticas de las identidades, de los valores humanos, de la solidaridad, de la unidad y de las rebeldías. Para este XXVI Encuentro en Brasil, es un deber resaltar el papel fundamental de las y los artistas, intelectuales, activistas de la cultura al lado de sus pueblos en los esfuerzos comunes por la unidad por el cambio, por la vida y por la paz en nuestro continente.

17. Algunos acontecimientos permiten vislumbrar una nueva etapa del proceso, cuando el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de México, facilita el reinicio del Diálogo Político en Venezuela, la actuación solidaria de los Jefes de Estado de Argentina y México para salvarle la vida a Evo Morales, cuando la derecha ejecutó el golpe de Estado en Bolivia en noviembre de 2019, son hechos políticos significativos, y habría que subrayar la amplia y potente campaña Lula Libre, su posterior liberación y reciente victoria electoral. Todas estas son victorias que marcan un hito en la política de la izquierda en nuestro continente.

18. Queda demostrado, históricamente, que es por la vía política, es decir, poniendo la política por delante, como se puede desencadenar un proceso de integración, es así como cobra especial relevancia la renovación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC-, iniciada por el gobierno mexicano de la Cuarta Transformación, y seguida por el gobierno argentino del presidente Alberto Fernández, ahora continuada por Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas. Apuntamos la necesidad de mayores niveles de organicidad de la CELAC, desde el impulso que pueden dar las fuerzas políticas y movimientos sociales.

19. Esta ruta ha sido posible por la derrota de las fuerzas anti-integracionistas que impulsaron los gobiernos de la derecha en la región, desde el 2015, ahora se vive un nuevo momento, sin olvidarnos la posición firme ante el golpismo en Perú, y por la confluencia de fuerzas sociales y políticas que se jugaron el todo por el todo en el propósito de contribuir a llevar adelante el proceso de paz en Colombia. Estos hechos, más la tenaz y valiente actuación del ALBA-TCP, al mantener en alto la bandera de la unidad, que en las nuevas condiciones posibilita avanzar en el proceso integrador. Resaltamos la reanudación de la UNASUR por iniciativa de los presidentes de Argentina Alberto Fernández y de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, y más recientemente de Colombia, Gustavo Petro.

20. No son pocos los obstáculos a superar en esta nueva etapa del proceso de integración: el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba y su inclusión en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, las medidas coercitivas y sanciones unilaterales contra Venezuela y Nicaragua, y el brutal estrangulamiento a la economía Argentina que dejó el gobierno del derechista Mauricio Macri, al contraer una deuda de grandes proporciones que ahora paga el pueblo argentino, el alza de las tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos, unido al impacto de la inflación en el mercado internacional, agrega nuevos problemas a la ya complicada situación de estas naciones, limitando su desenvolvimiento económico.

21. Las bases políticas e históricas de la unión latinoamericana y caribeña nacen con nuestras repúblicas, se desarrollan en el siglo XXI con fuerza, con base en la defensa de la soberanía popular, y los derechos sociales y políticos de los pueblos. La integración es un programa político, una mirada al futuro que tiene como punto de partida nuestra realidad y los inmensos recursos naturales con los que cuenta nuestra región.

22. Entre las tareas prioritarias están la posibilidad de desplegar una nueva industrialización, ecológica y productiva, la cooperación cultural, científica y tecnológica, cimiente del desarrollo de las fuerzas productivas, el Banco del Sur, un fondo de estabilización macroeconómica común, un audaz plan integrado de infraestructura de transporte y comunicaciones, el incremento de la relación comercial intrarregional, y asumir el tema de las migraciones como un asunto común. Todo ese esfuerzo en el terreno de la política y de la economía, como común denominador, se traduzca en bienestar social, en derechos sociales y de la naturaleza, en la erradicación de la pobreza y en la superación de las agudas desigualdades sociales que se registran en Latinoamérica y el Caribe.

23. En nuestra visión, la integración regional es parte esencial para garantizar nuestra inserción soberana en el escenario mundial, la construcción de mecanismos fuertes de cooperación y solidaridad, el fortalecimiento de las instituciones regionales y globales, y la construcción de mecanismos de paz y solución de conflictos basados en un diálogo multilateral e igual entre las partes.

24. Las coordinaciones logradas en nuestros organismos regionales han permitido profundizar el debate franco y verdadero sobre los problemas globales que nos conducen cada vez más a un estado de violencia continuada, con el aumento de la desigualdad social, la pobreza y el hambre, y la explotación descontrolada de los recursos naturales.

25. Las naciones del mundo deben buscar objetivos comunes, con relaciones igualitarias entre los países, sin aceptar que un gobierno se imponga a los demás, respetando la pluralidad de pueblos, culturas y lenguas, la diversidad en los modelos de organización económica, política y social.

III. La guerra en Ucrania

26. El estallido del conflicto en Europa, en febrero de 2022, se sumó los problemas generados por la pandemia.

27. El empeño estadounidense y sus aliados de la Unión Europea, de continuar la progresiva expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN- hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario con implicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar. Este conflicto tiene múltiples implicaciones y miradas diversas, no obstante, en todo el mundo crece la conciencia de la necesidad de encontrarle una salida política.

28. En este sentido, vale destacar la propuesta que ha formulado en presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y los doce puntos que ha puesto sobre la mesa el presidente de China, Xi Jinping, como también la iniciativa del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva de trabajar para crear un ambiente de diálogo y negociación.

29. Desde el FSP apostamos por una salida realista y diplomática a la guerra en Ucrania, y consideramos que esta posición puede ser compartida por todas las fuerzas políticas democráticas del continente. El diálogo y las negociaciones, no la guerra, son la única vía para la solución del conflicto, siempre por medios pacíficos, que garantice la soberanía de todos, la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.

IV. La economía y el mundo del trabajo

30. Continúa la fractura del mercado laboral, con la pérdida de empleos en el sector medio de la distribución de ingresos. La fractura del mercado se complementa con la pérdida de calidad del empleo existente. Esto significa la expansión de empleos a tiempo parcial, por tiempo determinado, sin beneficios, con bajos niveles de seguridad laboral, así como un número creciente de personas que tienen que tomar más de un empleo para cubrir sus gastos. La pérdida de horas de trabajo ha sido particularmente elevada en América Latina y el Caribe.

31. Este proceso de precarización de las condiciones de trabajo y de seguridad social en la región -también impactado por la pandemia del COVID-19-, ha afectado directa y más profundamente a las mujeres, los jóvenes y las personas racializadas. Además de representar la mayoría de los desempleados en muchos de nuestros países, las mujeres -y especialmente las mujeres negras e indígenas-, que ya acumulaban el trabajo de cuidado con el sustento de sus familias, se encontraron sin sus fuentes de ingresos y sobrecargadas con el trabajo doméstico.

32. Los jóvenes -que ya sufrían los efectos del neoliberalismo antes- son un grupo que también ha sufrido un empeoramiento significativo en el acceso al mercado laboral en la pandemia. La falta de acceso a la educación, la interrupción de los estudios, la dificultad para obtener una cualificación profesional, la reducción de las ofertas de empleo y por consecuencia, el vertiginoso crecimiento del empleo informal son algunos de los retos a los que los jóvenes empezaron a enfrentarse con la pandemia. La crisis migratoria generada por las políticas del modelo en crisis se ha convertido en otra catástrofe para millares de trabajadores y trabajadoras, especialmente jóvenes, forzados a buscar en otras tierras, a costa de su desarraigo, mejores condiciones de vida, drama humano y objetivo que sólo puede ser abordado adecuadamente mediante un esfuerzo conjunto de los países y pueblos de la región.

33. Junto a ese escenario se encuentran aquellos que abordan trabajos por cuenta propia y desde asociatividades que se reconocen como una economía popular que intercambia trabajo y no capital y que hacen parte del mundo de aquellos que viven de su propio trabajo y requieren apoyos de políticas públicas y una red de protección social.

34. El Foro de Sao Paulo está comprometido con el rescate de los derechos vulnerados de las y los trabajadores y con el enfrentamiento a las políticas neoliberales que desconocen conquistas sociales históricas y que precarizan el trabajo, propugnando siempre por el reconocimiento de la estabilidad laboral y el salario digno. La lucha por la asignación de igual salario por igual trabajo para hombres y mujeres, así como por la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales por el mismo sueldo – esta última ya convertida en ley recientemente promulgada en Chile -, representan una bandera de la persistente movilización de las y los trabajadores para hacer frente al cuadro actual.

V. Cambio climático y medio ambiente

35. “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida, el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando es casi demasiado tarde para impedirlo.” Fidel Castro Ruz, en la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro en junio 1992.

36. El manejo sostenible del medio ambiente es decisivo para los gobiernos y los pueblos del mundo. La emergencia climática ha llamado la atención sobre la forma en cómo explotamos y utilizamos las riquezas naturales; los combustibles fósiles y la importancia de las energías renovables, asociado al uso del agua y los agrotóxicos; la deforestación ilimitada como estrategia de acumulación rentista; la polución ambiental por plásticos y productos considerados no naturales.

37. Es impostergable recuperar una cultura ambiental global-territorial que nos permita cambiar radicalmente el actual contexto de degradación del medio ambiente, cuyos mayores responsables históricos son las naciones desarrolladas, y que repercute en todo el planeta, afectando excesivamente a los países y poblaciones más pobres y vulnerables. Urge definir cómo podemos superar los conceptos y estructuras del irracional e insostenible modo de producción y consumo capitalista y sus consecuencias destructivas para el medio ambiente, sobre la base de un enfoque de responsabilidades compartidas, pero diferenciadas.

38. El modelo de desarrollo social y económico que nuestros pueblos necesitan se garantiza con un modo de producción sostenible; no debe ser pensado aisladamente, ni dirigido al consumo desmedido. Debemos buscar el camino para una transición ecológica que sea social y económicamente incluyente, participativa y no cause más daños ambientales. Debemos tener en cuenta el papel único que tiene nuestra región y sus recursos estratégicos en la lucha por el proceso de descarbonización de la economía mundial, así como otros ejes de lucha contra el cambio climático, trabajando en un proyecto propio de desarrollo sostenible con foco en las demandas específicas de nuestros países.

39. Nuestra región será extremadamente afectada por el cambio climático y las principales víctimas de los fenómenos climatológicos extremos serán las poblaciones más vulnerables, por lo que es necesario tener la justicia climática, energética, social y económica en cuenta para pensar y proponer soluciones a estos problemas.

40. Para lograr una América Latina y el Caribe ecológicamente sostenibles, debemos avanzar en la transición y desarrollo de la agricultura familiar y asociativa para la producción de alimentos orgánicos; invertir en formas sostenibles y menos dañinas para las grandes producciones agrícolas exportadoras, promoviendo el cooperativismo; reducir las desigualdades territoriales, repensando la descentralización de las ciudades y un acceso territorialmente más igualitario de los servicios urbanos; reconocer los pueblos originarios americanos, su cultura y saber ancestrales, respetando el derecho a sus tierras; garantizar la protección de la Amazonía y de sus pueblos indígenas. También es imprescindible rever la arquitectura jurídica creada por los tratados internacionales, que dan impunidad a las corporaciones transnacionales, trabajando por cambios legislativos que permitan recuperar la soberanía de nuestros países.

41. La posibilidad de que la COP-30 sea realizada en un país amazónico, probablemente Brasil, en los próximos años, se configura como una oportunidad para que partidos, movimientos y gobiernos progresistas de la región actúen para disputar esta agenda desde una mirada crítica al sistema capitalista y ponga en evidencia los saberes y avances de nuestros pueblos en la construcción de una consciencia humana sobre el desarrollo sostenible y basado en los valores del buen vivir.

42. El FSP está comprometido con todas aquellas iniciativas, gubernamentales, de los movimientos sociales, de los pueblos y organizaciones indígenas, afrodescendientes y populares, en función de revertir los daños ocasionados a la Amazonía y emprender una ruta de trabajo restaurativo para su preservación. Nuestra selva amazónica oxigenadora y refrigeradora del planeta, es uno de los bienes más preciados de la humanidad, así como también, junto con nuestros páramos andinos, fuente insustituible de nuestras reservas de agua.

VI. Estados Unidos y la Doctrina Monroe

43. EEUU pretende revertir su declive y recuperar su condición hegemónica anterior, en un esfuerzo desesperado que pone en peligro la paz mundial. Ahí radican las amenazas fundamentales a la soberanía, el desarrollo y la justicia social que se ciernen sobre los pueblos de Nuestra América.

44. El imperio es escenario de una crisis estructural, profundizando la polarización de la riqueza, incrementando las desigualdades, la explotación y la pobreza al interior de Estados Unidos, pero con repercusiones para América Latina y el Caribe. Su declive es creciente, pero gradual, no se producirá con inmediatez ni en el corto plazo. Se manifiesta en la visible incapacidad de controlar, como en el pasado, las tendencias emancipadoras de los pueblos, derrocando procesos, revolucionarios o no, percibidos como amenazas.

45. Esa crisis es un fenómeno objetivo, pero requiere de una confrontación subjetiva. Como dijo Fidel en el discurso de proclamación de la Segunda Declaración de La Habana, el 4 de febrero de 1962, “se sabe que en América y en el mundo la revolución vencerá, pero no es de revolucionarios sentarse en la puerta de su casa para ver pasar el cadáver del imperialismo”. Por eso la tarea estratégica principal que nos convoca es la lucha antimperialista, antifascista y anti neoliberal, basada en una unidad de pensamiento, programa y acción.

46. Las contradicciones internas del imperio deben ser adecuadamente comprendidas por la izquierda mundial y latinoamericana, como vulnerabilidades del sistema, que nos permiten estrechar lazos con las fuerzas anti hegemónicas internas dentro de los Estados Unidos, para sumar la solidaridad y la concertación de esfuerzos en favor de un mundo mejor, que es posible.

47. Hoy el imperio contraataca con una estrategia reforzada. Lleva a cabo la renovación de su sistema de dominación, hegemonía y control. Profundiza el expansionismo, el militarismo y la guerra, promueve el genocidio y la depredación del medio ambiente, conjuga fórmulas tradicionales y novedosas apoyadas en los desarrollos tecnológicos en el campo de la industria bélica, la cultura, la comunicación y la informática, aplicadas bajo una geopolítica renovada, que no solo incluye al espacio geográfico, territorial, marítimo y aéreo, sino el ideológico, mediático, cibernético y aeroespacial. Acude a modalidades convencionales y no convencionales, en el despliegue de la guerra y la subversión, con el fin de lograr los cambios de régimen que persigue en todas las latitudes.

48. A 200 años de proclamarse la Doctrina Monroe el proyecto de dominación de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe se produce en un entorno marcado por las amenazas a su hegemonía a escala regional e internacional. La disputa con China, la presencia creciente de fuerzas políticas progresistas y de izquierda en los gobiernos de la región, la revitalización y consolidación de la CELAC, el ALBA-TCP, la UNASUR, entre otros, constituyen importantes desafíos para un país afectado por crisis múltiples que se manifiestan en los ámbitos económico, político, social y cultural. La presencia de Dilma Rousseff a frente del Banco de los BRICS puede tener un importante impacto para el avance de la multipolaridad y a favor de las políticas por el desarrollo de nuestra región.

49. La construcción por la derecha de estrategias coordinadas ha intensificado el perfil ideológico, desplazando el espectro hacia posturas ultraderechistas y fascistas, ante lo que señalan como “los avances del autoritarismo y del populismo”, aludiendo a que la izquierda ha venido ganando terreno en América Latina y una vez más demonizando el pensar y actuar transformador que promueve el FSP.

50. Los Estados Unidos tienen una participación protagónica en este fenómeno, a través de partidos y líderes estadounidenses, y de organizaciones como la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) y la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), muy activas en especial durante el año 2022. Además de la OEA, que sigue comportándose como un instrumento del imperialismo en la región, con participación protagónica de su secretario general Luis Almagro -ahora objeto de acusaciones de corrupción y violación de código ético de la organización- en el golpe de las elecciones bolivianas de 2019.

51. Resulta importante señalar la articulación de la ultraderecha en América Latina, por medios de sus partidos, organizaciones y líderes, con un mayor nivel de agresividad; así como, sus posibilidades de incidir en la disputa por las bases sociales en la región a través de la CPAC, que reúne desde hace casi medio siglo a líderes del mundo conservador, y más recientemente por el Foro de Madrid, impulsado por el partido español de extrema derecha VOX, a través de los medios y las redes sociales que domina.

52. La tendencia general del sistema capitalista a escala planetaria, en su fase actual, es a un declive progresivo de la hegemonía ideológica, militar, política y económica del imperialismo norteamericano, y ello puede medirse por la caída tendencial de su capacidad exportadora y de producción, en la deuda creciente que experimenta la economía estadounidense, en las sucesivas tormentas del sistema financiero internacional, producto de no haber superado las causas que condujeron al “crack” de 2008, y a un proceso que se ha acelerado recientemente, la decisión de diversas economías de todos los continentes, de dejar a un lado el uso del dólar como moneda del intercambio comercial internacional.

53. Poco a poco, surge la idea del uso de una “canasta de monedas” en las transacciones financieras y comerciales a escala mundial, propuesta que ya se ha formulado en el seno de las Naciones Unidas, esta tesis se ha ido confirmando en las últimas semanas por la decisión de Estados de todos los continentes, de negociar en sus monedas.

VII. China y América Latina y el Caribe

54. La cooperación entre América Latina y China no es nueva, y la tendencia es a que se amplíe en lo sucesivo, es de hacer notar que estos vínculos que anteriormente se circunscribían en buena medida a los intercambios tecnológicos y comerciales, ahora han dado un salto cualitativo en la arena política.

55. China representa un factor de estabilidad y de equilibrio para la región de ALC, manifiesto en su defensa de los principios del Derecho Internacional, en particular la no interferencia en los asuntos internos de los países latinoamericanos, a los que, además, ha brindado cooperación sin condicionamientos políticos.

56. Las relaciones entre la CELAC y China se han ampliado y profundizado, siempre sobre la base de un criterio inclusivo, el respeto y el beneficio mutuo. Se puede afirmar que no hay conflicto de intereses entre China y América Latina y el Caribe por cuanto la República Popular China no ha agredido, ni ocupado ilegalmente ningún territorio latinoamericano, no ha impuesto sanciones unilaterales, ni promovidos golpes de Estado e impuesto dictaduras militares. El interés de China y la CELAC de celebrar una Cumbre en 2024 constituye una demostración del interés de avanzar en las relaciones.

57. Además, no solo ha promovido el comercio de bienes, sino que ha cooperado en la fabricación y lanzamiento de satélites, en la fabricación de aviones y en el sector biotecnológico, en este último sector la cooperación chino-cubana ha devenido en un referente. Asimismo, China ha aportado a la infraestructura y a una industria más tecnológica a la región, a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que se han incorporado ya 21 países latinoamericanos, siempre con la garantía de respetar nuestra soberanía.

58. Son igualmente importantes mantener y profundizar el diálogo sustantivo que desarrollamos con el Partido Comunista de China por medio del Ciclo de Debates “China y América Latina: Mirando la Nueva Era”, realizado el 2022.

59. La diplomacia china avanza en el mundo y aumenta su influencia por la paz, como sus esfuerzos exitosos por la retomada de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán, así como la reciente visita del presidente francés, Emmanuel Macron, que luego propuso a Europa adoptar una posición independiente de China o EEUU en la cuestión de Taiwán. Debemos también mencionar la decisión de la Presidenta Xiomara Castro, de Honduras, de abrir relaciones diplomáticas y comerciales con China, a pesar de las presiones por mantener el reconocimiento de Taiwán.

60. A través de estas relaciones, podemos trabajar más profundamente por avanzar en la construcción de la multipolaridad en el mundo y en el intercambio de experiencias sobre el desarrollo sostenible, con independencia y sin interferencia de terceros.

61. Es necesario estar alertas ante una nueva amenaza, una nueva guerra fría a través de la tecnología, que tiene la finalidad de bloquear al sector tecnológico de China y condenar nuestros países a la dependencia tecnológica de las hegemonías de Europa y Estados Unidos, por medio de “alianzas digitales”. El verdadero objetivo es evitar el avanzo de la iniciativa de la Franja y la Ruta y consolidar un bloque de países para una nueva guerra fría, ahora digital, en contra de China.

VIII. La lucha antiimperialista

62. En los últimos años, América Latina y el Caribe han registrado niveles alarmantes de crecimiento de la pobreza extrema, mientras sistemas políticos oligárquicos, subordinados a Estados Unidos y a los diversos sectores transnacionales de poder, protegen al capitalismo depredador, y mantienen el acoso contra gobiernos, figuras y fuerzas políticas progresistas y de izquierda del continente.

63. Los efectos negativos del orden económico internacional para la región, en el que las decisiones políticas imperantes favorecen la obtención de ganancias para las élites, por encima de la elevación de los niveles de vida de la población, de la preservación de la vida humana y del medio ambiente, han incrementado aún más las disparidades y el saqueo de los recursos naturales.

64. Este sistema ha revertido, donde tuvo la oportunidad, los avances sociales y políticos obtenidos por gobiernos progresistas en los años anteriores, apoyando a gobiernos neoliberales y a candidatos políticos de derecha y extrema derecha, amparándose en los sistemas judiciales locales, los medios de comunicación hegemónicos, las redes y plataformas digitales que controlan, para atacar, perseguir, encarcelar y debilitar a figuras y organizaciones progresistas y de izquierda.

65. El descrédito en que han caído los gobiernos neoliberales en años recientes, como consecuencia acumulada del agravamiento de las condiciones económicas y sociales, ha provocado la resistencia y la lucha de los pueblos, que no puede ser contenida por la represión estatal.

66. La articulación que busca la mayor unidad en la diversidad entre las fuerzas progresistas, los gobiernos de izquierda y progresistas, los movimientos sociales y populares, las organizaciones sindicales, femeninas, campesinas, de pueblos originarios, juveniles, estudiantiles, de sectores de la intelectualidad, el arte y la cultura, LGBTQIA+ y sectores religiosos, revitaliza la lucha social en diferentes ámbitos, con novedosas formas de movilización social.

67. Está en curso una modificación de la correlación de fuerzas en la región, con la victoria de nuevos gobiernos con proyectos orientados a la justicia social y a la defensa de su soberanía. Sin embargo, estas conquistas por sí solo no serán suficientes para solventar las graves brechas y problemáticas sociales que hoy siguen lastrando a la mayoría de nuestros países.

68. Como parte de sus contenidos se han destacado los ataques mentirosos al FSP y a líderes progresistas de América Latina y el Caribe; con adhesiones a la Carta de Madrid, documento que precede al Foro de Madrid, el cual enfrenta al FSP desde España, auspiciada por el ultraderechista partido VOX; y más recientemente con la constitución del “Grupo Libertad y Democracia”, que agrupa la derecha iberoamericana, por iniciativa del chileno Sebastián Piñera.

69. En este panorama se interponen las amenazas derivadas de la Doctrina Monroe, que pretende limitar la soberanía, la independencia y la autodeterminación de las naciones latinoamericanas y caribeñas.

70. La IX Cumbre de las Américas, realizada en Los Ángeles, es una manifestación fehaciente de las continuadas pretensiones hegemónicas de Estados Unidos en el hemisferio y sus intenciones de dividir a América Latina y el Caribe, con la injustificada y unilateral decisión de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, la cita constituyó un fracaso político, por la digna posición de presidentes y primeros ministros de la región de ausentarse como rechazo a la decisión del gobierno norteamericano; la condena de la mayoría de los países a estas exclusiones; y las denuncias expresas que piden la eliminación del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, su exclusión de la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo; de las medidas coercitivas unilaterales a Venezuela; y sanciones a Nicaragua.

71. EEUU también enfila un variado arsenal de acoso contra la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), buscando con ello debilitar los paradigmas de concertación política, cooperación e integración impulsados por los gobiernos de los países miembros de esta alianza.

72. La izquierda y el progresismo sufren constantes ataques de sus adversarios, empeñados en restaurar los modelos de exclusión y explotación. A partir del cúmulo de debates, artículos y estudios realizados por el FSP e intelectuales progresistas sobre la reciente ofensiva conservadora en nuestro continente, hay que avanzar en un diagnóstico profundo que extraiga lecciones y lineamientos para, en la medida de lo posible, anticipar y enfrentar en mejores condiciones las acciones desestabilizadoras del imperialismo.

73. Los desafíos son enormes y pueden ocurrir eventuales retrocesos, pues las fuerzas conservadoras y ultra reaccionarias de la región seguirán buscando la reversión de cada avance progresista. Es cardinal la unidad en la diversidad, la solidaridad, la cooperación y el internacionalismo consecuente en torno a un programa de acción y a una práctica política como parte de la estrategia que nos permita enfrentar estos ataques.

74. Las fuerzas políticas de izquierda y los movimientos sociales, populares y de solidaridad, unidos a la intelectualidad progresista, deben continuar intercambiando experiencias y saberes adquiridos reforzando sus mecanismos organizativos y de articulación como principios tácticos y estratégicos, considerando las condiciones específicas de cada país e impulsando la coordinación a nivel continental.

75. En América Latina y el Caribe se multiplican las jornadas de lucha por las causas justas de los pueblos, de apoyo a los programas sociales de los gobiernos democráticos y progresistas en beneficio de los más amplios sectores populares. Debemos utilizar la ciencia y la innovación a favor del desarrollo económico, social y ambientalmente sostenible, las comunicaciones y las redes sociales digitales para divulgar las realidades nacionales, a través de los medios alternativos y públicos, y enfrentar a los grandes medios vinculados al imperialismo y sus aliados, a sus campañas de subversión político-ideológica enfiladas a desacreditar las ideas progresistas, enajenar a la juventud y subvertir el orden interno en los países que no son de su agrado.

76. Este 2023, debemos recordar los 50 años de los golpes de estado en Chile y Uruguay, hechos que fortalecieron el avance de las dictaduras militares en nuestra región. No podemos olvidarnos de estas dos heridas en nuestra historia, cuyas consecuencias aún se hacen presentes. La magnífica experiencia de Unidad Popular en Chile, conducida por Salvador Allende e interrumpida por el golpe militar de Pinochet el 1973, sigue siendo un marco en la historia de los pueblos latinoamericanos y caribeños, por su capacidad de construir la unidad en la diversidad, su compromiso con el pueblo chileno y con los pueblos latinoamericanos en sus luchas. Junto a ello, debemos recordar el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez hace 10 años, después de llegar al poder democráticamente, sufrir un golpe y retornar a la presidencia. Chávez ha iniciado un nuevo capítulo en Venezuela y para todo el continente, al tornarse un ejemplo de la lucha contra el neoliberalismo y el imperialismo, dando inicio al enfrentamiento concreto de las herencias de las dictaduras militares en América Latina y el Caribe.

IX. La lucha por la paz y la democracia

77. Este XXVI Encuentro se realiza teniendo como importante telón de fondo la guerra en Ucrania. La ampliación de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, el aumento del presupuesto para la guerra y las presiones para el abandono de la política de neutralidad de algunos países de Europa, así como el pacto militar de AUKUS (Australia, EEUU y Reino Unido) en el Pacífico, representan una amenaza a la paz mundial y a los esfuerzos de construcción de un sistema internacional basado en la multilateralidad.

78. El imperialismo continúa siendo la forma superior que asume el capitalismo. En la triada conformada por el gran capital financiero estadounidense, de los estados europeos más poderosos y el Japón, el papel predominante lo tiene EEUU, por su fuerza militar con la cual busca implantar su hegemonía global. Este país desconoce los Acuerdos sobre cohetes de alcance intermedio y continúa promoviendo la construcción de bases militares en el mundo. En América Latina militariza los océanos desplegando la Cuarta flota sobre las aguas del Caribe y del Atlántico Sur.

79. Los EEUU dirigen, con el Comando Sur, 76 bases militares en nuestra región, lo que representa una grave amenaza a la soberanía, independencia y desarrollo democrático de la inmensa mayoría de los Estados nacionales en el plano global y, en especial, en el continente. Destacamos la política de implicar a los países del Pacífico latinoamericano en una cruzada militar contra China, que comprende distintas formas de presión del Comando Sur. Importante mencionar que su Comandancia se encuentra en Honduras, y que a pesar de esto la Presidenta Xiomara Castro se ha mantenido firme en su respaldo y amistad con los gobiernos progresistas de América Latina y en contra de las actitudes guerreristas de los Estados Unidos en la región y en otras partes del mundo.

80. Un aspecto central de este diseño es el nuevo papel conferido a la OTAN, en tanto pacto militar agresivo que intenta ampliar su despliegue de intervencionismo en América Latina y el Caribe. Colombia es socio global y aliado principal desde el 2018. Argentina y Brasil, desde 1998 y el 2019, respectivamente, son aliados extra-OTAN.

81. La OTAN intenta integrar los Estados a su lógica militar con el objetivo de aplicar la concepción del “enemigo interno” y la Doctrina de la Seguridad Nacional (estadounidense), que hoy asume las características de la llamada “Guerra Híbrida”.

82. Esta dinámica es extremadamente peligrosa para el conjunto de los pueblos latinoamericanos y caribeños y para toda la seguridad hemisférica. En ese sentido, es fundamental la defensa y cumplimiento de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre de la CELAC en enero del 2014, en La Habana, basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional, incluyendo los instrumentos internacionales de los que los Estados miembros son parte, y los Principios y Propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, así como el compromiso permanente con la solución pacífica de controversias, a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza en nuestra región. Debemos destacar y celebrar la reanudación de las relaciones entre los gobiernos de Colombia y Venezuela, impulsadas desde la llegada de Gustavo Petro a la presidencia y las políticas de diálogo y distensión con Nicolás Maduro.

83. La lucha por terminar con la dependencia y conquistar un nuevo orden económico mundial basado en la multilateralidad requiere forjar alianzas estratégicas entre los pueblos y los países del sur global. A nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños nos unen profundas raíces culturales e históricas con los pueblos y movimientos de liberación de África. Debemos profundizar la alianza estratégica entre la CELAC y la Unión Africana.

84. Apoyamos los esfuerzos del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez por una Paz Total, cuya base fundamental es la implementación integral de los Acuerdos de la Habana, cómo una causa que compromete a todos y todas por combinar soluciones políticas de los conflictos, con avances significativos de la democracia participativa directa. Apoyamos el llamado que hizo el presidente Petro en la Naciones Unidas para terminar con la política estadounidense de “guerra contra las drogas”.

X. Lucha contra el colonialismo

85. Las naciones latinoamericanas y caribeñas viven bajo una constante amenaza del imperialismo y el colonialismo, que juntos con las élites locales y las empresas transnacionales buscan impedir nuestro desarrollo democráticamente justo y sostenible.

86. El FSP ratifica su solidaridad y apoyo al Caribe en su derecho a recibir un trato justo, especial y diferenciado y en su legítimo reclamo de reparación por los daños causados por el colonialismo y la esclavitud. Nos preocupa profundamente el deterioro de la situación en Haití. Ese hermano país necesita una contribución especial de la comunidad internacional para su reconstrucción y desarrollo. La humanidad tiene una deuda con esa República fundacional. Nos solidarizamos con el pueblo haitiano.

87. Las luchas por la independencia de las naciones caribeñas son parte indisoluble de las del FSP. Ratificamos nuestro compromiso inequívoco con la libre determinación y la independencia de Puerto Rico. Apoyamos firmemente a los movimientos de resistencia y oposición contra el colonialismo en Martinica, Guadalupe, Guayana Francesa, Bonaire, Saint Martin/Sint Maarten, Aruba, Curazao, Islas Vírgenes de EEUU, Anguilla, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Monserrat, Islas Turcas y Caicos. Abogamos por una participación más activa del Caribe en las actividades del FSP.

88. Las ocupaciones ilegales de las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich, territorio argentino – y los espacios marítimos circundantes- son un ataque a la soberanía argentina y la presencia militar del Reino Unido en el Atlántico Sur representa una constante amenaza a la región latinoamericana y caribeña.

89. América Latina y el Caribe no podrán considerarse plenamente una región de paz y prosperidad para sus pueblos mientras se mantengan estas situaciones de ocupación y amenaza contra las naciones de nuestro continente.

90. Como parte integral de nuestras luchas por soberanía e independencia en el mundo, debemos mantener una activa solidaridad con la lucha del Frente Polisario por la descolonización del Sahara Occidental. Apoyamos la profundización de relaciones entre los gobiernos y pueblos de Latinoamérica y el Caribe y la República Árabe Saharaui Democrática.

91. También es necesario incrementar la solidaridad con el pueblo palestino contra la agresión y ocupación, la creación del Estado Palestino libre e independiente con sus fronteras que existían antes de 1967 y Jerusalén oriental como su capital.

XI. Batalla de ideas y comunicación

92. Las redes sociales se han convertido en los últimos años en un importante espacio para el debate público en nuestros países, pero se han transformado también un lugar marcado por la polarización, el extremismo y las noticias falsas. El libre flujo de la comunicación es constantemente corrompido por “ruidos” que muchas veces impiden cualquier forma efectiva de diálogo y entendimiento y por un sistema que desincentiva el contrapunto y la tolerancia de las diferencias.

93. Es imposible pensar en los retos democráticos actuales sin afrontar las cuestiones contradictorias que plantea el avance tecnológico de sociedades hiperconectadas que han transformado los modos de vida, la interacción social y la construcción de los debates políticos.

94. Cada vez más, el acceso del usuario a internet viene dado por la regulación algorítmica de la atención, basada en la proximidad y la creencia, siendo que las redes sociales también están controladas por grandes corporaciones; su lógica algorítmica responde a sus intereses económicos y subordinada a la política del gobierno estadounidense. Seis transnacionales norteamericanas controlan el 80 por ciento del tiempo y los datos de casi 6 mil millones de usuarios activos en Internet.

95. Ese proceso de desinformación, a su vez, es un proceso complejo que implica riesgos concretos para las democracias, así como viola presupuestos básicos de la noción de libertad de expresión y comunicación y del derecho a la información, constituidos tanto en el ámbito interno de nuestros países como en el plan internacional.

96. Los ejemplos son muchos y van desde el impacto de las fake news en los procesos electorales democráticos de muchos países americanos, como la elección de Trump en EEUU en 2016 y el caso brasileño de 2018 y la elección de Jair Bolsonaro, hacia el creciente número de episodios de violencia en las escuelas, motivados por la proliferación del discurso del odio en las redes sociales, o mismo el aumento de los episodios de violencia política.

97. Cada vez será más necesario un esfuerzo y reflexión conjunta de nuestros países y transdisciplinar con respecto a las estrategias para combatir estos fenómenos para garantizar y construir los pilares de la democracia en la era digital, entre los que la confianza y la información son requisitos básicos.

98. No se debería, bajo ningún concepto, dejar de considerar que hay múltiples posibilidades de usos de las tecnologías bajo otro signo que no sea la desigualdad, la depredación y la alienación de millones de seres humanos.

XII. Conclusión

99. Podemos resumir este documento base del XXVI Encuentro del FSP afirmando que tenemos la histórica responsabilidad de aprovechar esta segunda oportunidad de tener en América Latina y el Caribe una mayoría de gobiernos integrados por fuerzas políticas y movimientos sociales progresistas. Superemos las diferencias, construyamos la más amplia unidad en la diversidad de los partidos, los movimientos sociales, populares y la intelectualidad progresista y de izquierda al interior de cada organización, país y de continente. El imperialismo y la ultraderecha fascista acechan, como fieras heridas. Por tanto, es un imperativo insoslayable la unidad antimperialista y anti neoliberal como el principal camino para la victoria.