Desde la solidaridad latinoamericana,otro mundo es posible

En el contexto histórico en que vivimos, en el que convergen diversas crisis (ecológica, política, financiera, económica, energética, alimentaria, moral), que permite hablar de crisis de civilización, el Congreso del Frente Amplio ratifica su carácter de fuerza política solidaria e internacionalista que se coloca al lado de las fuerzas y personas que piensan, actúan y luchan por otro mundo posible.

Resolución del Primer Congreso del Frente Amplio



Desde la solidaridad latinoamericana,otro mundo es posible

En el contexto histórico en que vivimos, en el que convergen  diversas crisis (ecológica, política, financiera, económica, energética, alimentaria, moral), que permite hablar de crisis de civilización, el Congreso del Frente Amplio ratifica su carácter de fuerza política solidaria e internacionalista que se coloca al lado de las fuerzas y personas que piensan, actúan y luchan por otro mundo posible.
La gravedad de  la crisis no ha significado el fin del neoliberalismo y de la hegemonía estadounidense, pero ha abierto un ciclo de protestas y de rebeliones en muchas partes del mundo. Las movilizaciones y huelgas de la clase trabajadora europea han sido enormes, pero de momento insuficientes para frenar el asalto a sus derechos laborales y sociales. En Estados Unidos, como lo demuestra el levantamiento de los trabajadores y trabajadoras de Wisconsin, asistiremos seguramente a un ciclo de confrontaciones sociales ante la arremetida de la derecha para continuar recortando derechos económicos y sociales a las mayorías.
Los levantamientos populares en el mundo árabe, no sólo están acabando con gobiernos represivos y corruptos y exigiendo libertad; sino que detrás del grito de rebelión hay una ira acumulada tras décadas de imposición de políticas neoliberales que llevaron pobreza y desempleo para las mayorías de los pueblos árabes, mientras las élites gobernantes apoyadas y armadas por las potencias occidentales se apoderaban de las enormes riquezas nacionales y se repartían el botín con las corporaciones transnacionales. Ahora esas mismas potencias capitalistas pregonan libertad para los pueblos árabes, mientras maniobran para que nada cambie en el fondo y emprenden nuevas agresiones e intervenciones militares. Desde el Frente Amplio brindamos toda la solidaridad a la lucha de los pueblos árabes, y condenamos tanto la represión de los gobiernos, como la intervención militar de los Estados Unidos y de los gobiernos de la OTAN.
América Latina es la parte del mundo donde se vienen produciendo los cambios más esperanzadores para las fuerzas de izquierda y progresistas. Si pensamos en lo que pasaba hace diez o veinte años, los cambios han sido realmente espectaculares, con la emergencia de potentes y diversos movimientos sociales que no por casualidad fueron fundantes del Foro Social por Otro Mundo Posible, y con la llegada al gobierno de partidos populares y de izquierda apoyados en mayorías sociales y electorales. A pesar de la gran diversidad, de esperanzas cumplidas y de expectativas frustradas, el péndulo se ha movido del neoliberalismo dominante e incontestado a un abanico de alternativas políticas y sociales de carácter progresista. El avance en los procesos de integración es muy prometedor, y todos los gobiernos de signo izquierdista o progresista presentan balances más positivos que los gobiernos de la derecha que los antecedieron.
El Frente Amplio como miembro del Foro de Sao Paulo que reúne a las principales fuerzas políticas progresistas y de izquierda del Continente, se solidariza con las luchas de los hermanos pueblos de Nuestra América y con los gobiernos socialistas, progresistas y de izquierdas, frente a las constantes agresiones de las oligarquías y del imperialismo de los Estados Unidos.
Precisamente, el ascenso de las fuerzas de izquierda y progresistas, ha reactivado al imperialismo y a la derecha del Continente. Asistimos a una ofensiva para frenar y revertir los procesos de cambio. Hay una estrategia militar, política, electoral, financiera y mediática en marcha liderada por los Estados Unidos y los bloques oligárquicos nacionales y regionales, para recuperar el terreno perdido, como se testimonió con el criminal golpe de Estado en Honduras, con cuyo heorico pueblo el Frente Amplio se solidariza.

Pensar otra Costa Rica posible y actuar por su materialización, sólo puede ser eficaz desde una visión que engarce la lucha nacional con la lucha global, en el contexto del análisis del significado del proceso de mundialización en marcha, de la crítica y de la resistencia a la globalización neoliberal, de nuestra integración a ese movimiento que trabaja y lucha por otro mundo posible. El internacionalismo es hoy una necesidad de la lucha nacional, en forma mucho más clara y que lo fue en el pasado. Se trata tanto de colocar a la nación costarricense en una vía de integración solidaria y cooperativa con las naciones y pueblos que enfrentan nuestros mismos problemas y desafíos, como de vincular e integrar a los sujetos políticos y sociales de la resistencia y de la alternativa transformadora en el mismo campo de articulación de luchas y de iniciativas de las fuerzas antineoliberales y socialistas que se expresan, fundamentalmente, alrededor de las ideas y de los programas de los foros de Porto Alegre y de Sao Paulo y de otras iniciativas por la globalización de la democracia y de la solidaridad.
Nuestra primera tarea es impulsar la resistencia y la alternativa en nuestra patria, pero articulados solidariamente con todas las fuerzas internacionales de progreso y de emancipación. La lucha por otro mundo posible involucra a una amplísima diversidad de sujetos emancipatorios, que se articulan y se unen en torno a propuestas de resistencia y de proyecto que consideramos fundamentos para un modelo de sociedad alternativa no capitalista, que es necesario recrear a la luz de la situación concreta de cada pueblo y nación.
El Frente Amplio defiende una política exterior que promueva relaciones amistosas con todos los países del mundo, independientemente de factores religiosos, culturales y políticos. Sin embargo, impulsaremos una política exterior que incorpore activamente nuestro compromiso con los derechos humanos, la democracia y la paz, en función de lo cual se diseñará el tipo de alianzas internacionales y acciones que el país emprenda. Respetamos y defendemos el principio de autodeterminación de los pueblos y naciones, por lo que rechazamos toda acción militar o intervencionista por parte de cualquier potencia en cualquier punto del planeta. Nuestra política exterior enfatizará la profundización de lazos de amistad, cooperación e integración con los pueblos y países hermanos de Centroamérica, América Latina y el Caribe.
San José, Costa Rica, 10 de abril de 2011