Resolución de paz de la juventud en virtud de la instalaciónde bases militares en el suelo hermano de Colombia

Teniendo en cuenta que, el gobierno Colombiano una vez más arremete contra el derecho inalienable a la vida, contra la esperanza, la solidaridad y la paz al instalar dentro de su territorio bases militares estadounidenses, en una actitud clara de injerencia que pisotea una vez más la soberanía de la región.

XV Encuentro del Foro de são Paulo

Ciudad de México

20 al 23 de agosto de 2009

Resolución de paz de la juventud en virtud de la instalaciónde bases militares en el suelo hermano de Colombia
Teniendo en cuenta que,
el gobierno Colombiano una vez más arremete contra el derecho inalienable a la vida, contra la esperanza, la solidaridad y la paz al instalar dentro de su territorio bases militares estadounidenses, en una actitud clara de injerencia que pisotea una vez más la soberanía de la región.
Observando,
que las bases militares estadounidenses en Colombia representan una estrategia de amedrentamiento táctico, físico y psicológico tanto para las regiones centro, Caribe y suramericanas por sus capacidades de despliegue y de control permanente desde el suelo colombiano.
Considerando,
–    el interés bélico demostrado en reiteradas ocasiones por los Estados Unidos de América, en su empeño imperial de hacerse los dueños del mundo, y por ende de la tranquilidad de las familias, de los sueños de los/as jóvenes y de la sonrisa de los niños y niñas tantas veces cubiertas de sangre en avanzadas asesinas, cuyo único objetivo manifiestamente demostrado es adueñarse de recursos que no les pertenecen.
–    que jamás la guerra había amenazado tanto a la humanidad como hoy, y que ésta no es más que la derrota del pensamiento y de la razón.
–    los avances en materia de integración regional alcanzados en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), cuyas voluntades se dirigen a coadyuvar en el fortalecimiento de los lazos de hermandad y solidaridad, así como la protección mutua y unísona de la paz regional, continental y mundial.
–    que hoy Latinoamérica no es la misma. Que los pueblos alzaron sus voces al exigir el respeto y la garantía de sus derechos humanos, consagrados en nuestras cartas magnas nacionales e internacional.
–    que el pensamiento Bolivariano que nos hace hermanos desde que nacimos como patrias libres y soberanas se basa en el amor, en la solidaridad, en la nobleza, en la unidad, en el honor y en la buena fe, tal y como lo manifestó Bolívar en Cartagena en 1812.
Y enalteciendo,
el inalienable derecho de las mujeres y los hombres, de los niños y niñas, de los/as jóvenes en formación a vivir en un mundo de justicia social, en donde el valor de la vida esté por encima de cualquier interés económico, político o bélico, en donde respirar no sea un privilegio, en donde las armas sean para la defensa y no para el ataque inclemente.
Resolvimos:
1. Rechazar y condenar en forma categórica la instalación de bases guerreristas en el suelo hermano de Colombia, hecho que calificamos como una amenaza tácita para nuestra región.
2. Oponernos a la intromisión yanqui en nuestra región, enalteciendo los valores soberanos por los que lucharon Bolívar, Sucre, Miranda, Martí, Morazán y otros/as tantos/as próceres Latinoamericanos/as en nuestra independencia, reiterando nuestra autonomía ante cualquier otra nación o región del mundo.
3. Respaldar los avances en materia de integración regional, continental y mundial que se fundamenten en el diálogo franco y en la lucha por la construcción de una sociedad de hombres y mujeres iguales.
4. Declarar explícitamente nuestro rechazo a través de actividades que promuevan la concordia y avenencia entre los países del mundo.
5. Manifestar que el único camino para la paz tiene sus cimientos en el fortalecimiento del Socialismo como vanguardia de justicia, amor, solidaridad, unidad e igualdad.
6. Reiterar nuestro compromiso solidario con el pueblo colombiano, víctima una vez más de las políticas erróneas de un gobierno que en su accionar a plagado de dolor y miseria a las familias neogranadinas y en especial a los/as jóvenes colombianos.
7. Alzar nuestras voces al mundo en un mensaje de unidad, de diálogo franco y verdadero, que coadyuven a una declaración unísona de Paz.
8. Reiterar y plegarnos una vez más al juramento Bolivariano en el Monte Sacro de no dar descanso a nuestro brazo ni reposo a nuestras almas hasta que no hayamos construido una región verdaderamente libre e igual.
“Hoy decimos como Bolívar que las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la Libertad. Avancemos todos en la búsqueda y consolidación de la Paz en Colombia y en el mundo entero”.
Ciudad de México, 23 de agosto de 2009