La nueva escalada de Israel contra Gaza

Por Niko Schvarz
srael ha lanzado una nueva escalada brutal contra la Franja de Gaza. El sábado 17 se contabilizaban 39 palestinos asesinados (otras estimaciones elevan la cifra a 41) y 345 heridos, mientras por la otra parte se registran 3 israelíes muertos por cohetes lanzadas desde Gaza. Cada uno de todos ellos es un ser humano. Los ataques mortíferos comenzaron en la tarde el miércoles 14 con el asesinato del jefe militar de Hamas, Ahmed Jabari, despedazado en un vehículo en el centro de Gaza con sus acompañantes. Es un ejemplo de asesinato selectivo, que Israel había practicado con anterioridad contra dos líderes de Hamas: Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi. Pero los israelíes practican a la vez los asesinatos colectivos contra la población civil. Entre las últimas víctimas hay varios niños pequeños y un bebe de 11 meses. Ataques realizados el día siguiente, tras una noche infernal en que los cazas israelíes realizaron 130 incursiones contra zonas residenciales causaron numerosas víctimas fatales, entre ellos 3 niños cuya escuela fue alcanzada por un misil en horario de clase. A Jabari lo responsabilizaban de la captura en 2006 del soldado israelí Guilad Shalit, quien tras 5 años de cautiverio en Gaza fue devuelto sano y salvo, mientras cientos de presos palestinos, entre ellos muchos adolescentes, padecen en las cárceles israelíes.
En total hasta el día señalado se registraron más de 830 bombardeos, afectando no menos de 250 blancos en la estrecha franja calcinada de territorio gazatí. El mismo sábado prosiguió la masacre, causando 10 víctimas palestinas más como resultado de los bombardeos a la sede central del gobierno de Hamas, al cuartel general de la policía,  a la Universidad Islámica y al estadio “Palestina”, el principal recinto deportivo del territorio, lo que fue descrito como “una película de horror convertida en realidad”.
A esto se suma la amenaza de la invasión terrestre. El servicio de prensa de las Fuerzas Armadas informó que el ejército de Israel ha terminado los preparativos  para una eventual operación terrestre. La brigada de tropas aerotransportadas y las brigadas de infantería Givati han finalizado los últimos preparativos para una posible operación terrestre y están listas para entrar en Gaza, si se decide que hay necesidad de ello, dice el comunicado. Poco después, a petición del ministro de Defensa Ehud Barak comenzó la movilización de 75 mil efectivos (nada menos) del ejército hacia la frontera con la Franja, anunciando una posible incursión terrestre. Es la mayor cifra movilizada por Israel en décadas, y la primera llamada a reservistas desde la operación Plomo Fundido. No sabemos si cuando se lean estas líneas se habrá concretado la invasión. Pero la amenaza está latente y buena parte de esas unidades se encuentran en las afueras del enclave palestino.
Se reproduce así la situación generada precisamente en la mencionada operación Plomo Fundido, que luego de una invasión terrestre  de tres  semanas y de bombardeos concentrados, entre diciembre 2008 y enero 2009, dejó 1.400 muertos palestinos y 5.500 heridos y destrucciones tremendas de la infraestructura, afectando escuelas, hospitales y centros de aprovisionamiento. Este operativo se prolongó en los ataques a sangre y fuego contra sucesivas Flotillas de la Libertad, que dejaron muertos, heridos y militantes presos tras abordajes piratescos a las naves en alta mar, impidiendo la llegada de ayuda solidaria internacional a la martirizada Franja.
En estas operaciones Israel utiliza fósforo blanco en áreas pobladas por civiles, como ya lo había hecho en la operación Plomo Fundido. La denuncia fue efectuada por el activista estadounidense por los DDHH Joe Catner, que visitó hospitales en la Franja después de los ataques y aporta el testimonio de los médicos que allí ejercen. El diputado británico George Galloway confirma ese juicio. Declaró que “los Estados Unidos son la principal fuente de armamento para Israel, al que facilitan armas y fósforo blanco para operaciones desde aire, mar y tierra, que caen sobre la gente encarcelada en el campo de concentración más grande del mundo”.
La prisión al aire libre más grande del mundo
En términos análogos se expresa el notable analista estadounidense Noam Chomsky al caracterizar a la Franja de Gaza como “la prisión al aire libre más grande del mundo, donde alrededor de 1,5 millones de personas en un territorio de unos 360 kilómetros cuadrados están sometidos al terror y al castigo arbitrario, sin más propósito que humillar y degradar”. Agrega que “esa crueldad es para asegurarse de que las esperanzas palestinas de un futuro decente sean destrozadas y que el abrumador apoyo mundial para un arreglo diplomático que conceda los derechos humanos básicos sea nulificado”.
Chomsky recuerda la operación Plomo Fundido, “uno de los más cobardes y viciosos ejercicios de fuerza militar en la historia reciente”, señala que los crímenes terribles continúan en la actualidad y aporta el testimonio personal de su breve visita: “Sentado en un hotel cercano a la costa, uno puede oir el fuego de ametralladoras de lanchas cañoneras israelíes  que ahuyentan a los pescadores de las aguas territoriales de Gaza y los obligan a acercarse a tierra, forzándolos a pescar en aguas  que están fuertemente contaminadas debido a la negativa estadounidense-israelí de permitir  la reconstrucción de los sistemas de drenaje y electricidad que destruyeron”.
Analiza también la inhumana consigna que aplican los israelíes, consistente en “poner a dieta a los palestinos, pero no hacerlos morir de hambre”, por lo cual reducen al mínimo los cargamentos de alimentos que permiten pasar a través de su frontera. En promedio autorizan apenas 67 camiones por día, frente a los más de 400 que ingresaban antes del bloqueo. Las consecuencias, demostradas por los especialistas, es que el 10% de los niños palestinos en Gaza están afectados por la desnutrición y se extiende la anemia entre  los infantes, los niños en edad escolar y las madres embarazadas. Cita las declaraciones de facultativos del hospital de Khan Yunis sobre la falta de medicamentos, “lo que deja a los médicos impotentes y a los pacientes en agonía” y refiere al respecto casos sumamente dolorosos. Este tema se ha amplificado a causa de los recientes ataques. El director médico del hospital de Shifa, Ayman Sahabani, declaró que ya escasean las medicinas para atender a los heridos por los bombardeos, a lo que se suma el problema  del suministro eléctrico: la electricidad  se va cada ocho horas  y los generadores no son estables, por lo que se dañan los equipos médicos.
Volviendo al análisis de Chomsky, señala que también está sujeto a prohibiciones el ingreso de materiales de construcción a través de los cruces fronterizos bajo control israelí, lo que dificulta enormemente la labor de reconstrucción tras las destrucciones provocadas en las recientes agresiones. La conclusión es que “la vigilancia constante desde el cielo, el castigo colectivo a través del bloqueo y el aislamiento, la intrusión en las casas y en las comunicaciones, así como las restricciones a quienes tratan de viajar, casarse o trabajar dificultan vivir una vida digna en Gaza”. Además, Israel cortó el acceso a Internet en Gaza.
Crónica de un infierno
Este clima se ha exacerbado por la actual escalada israelí. “Explosiones ensordecedoras sacuden a la Franja, bombas han caído en las calles cercanas a las universidades y cientos de personas han resultado heridas. Los únicos que se atreven a salir a las calles son aquellas personas de luto, reunidas cerca de las mezquitas, o quienes hacen largas colas en las panaderías para abastecerse. Las calles están casi vacías. Un extraño silencio pesa sobre la ciudad, desgarrado únicamente por las sirenas de las ambulancias que transportan a los heridos al hospital más cercano. Y por el ruido de los ataques aéreos israelíes. Los habitantes de Gaza no salen de sus casas desde el miércoles. No hay vehículos que circulen por las calles, habitualmente animadas. Las escuelas están cerradas. Los grupos de niños han desaparecido”.
Por la parte contraria, se lanzaron cohetes desde Gaza sobre territorio israelí en un número estimado de 610. No solo contra las poblaciones del sur: Ashod, Ashkelon, Kiryat Gat, Gan Yauné y Bersheeva, capital del Néguev. También  -por primera vez- sobre Jerusalem y otro sobre Tel Aviv, que cayó en el mar. No causaron daños ni víctimas. Muchos cohetes fueron interceptados en vuelo por el sistema defensivo israelí denominado “Cúpula de Hierro” (Iron Dome). En las zonas sureñas afectadas se suspendieron las escuelas.
El contubernio EEUU-Israel
La escalada israelí ha tenido intensa repercusión internacional. El gobierno egipcio del presidente Mohamed Morsi retiró su embajador en Tel Aviv y declaró que “lo que está pasando en Gaza es una flagrante agresión contra la humanidad. El Cairo no dejará a Gaza sola”. A la vez envió al primer ministro Hisham Qandil a Gaza con el fin de promover el cese de la agresión israelí. También el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan  criticó al gobierno de Israel por sus ataques contra la franja palestina y acusó al gobierno de ese país de actuar por razones electoralistas: “antes de las elecciones de enero están disparando contra gente inocente en Gaza por razones que se inventan”, manifestó, al tiempo que el canciller turco Ahmet Davutoglu  calificó los ataques israelíes como un crimen contra la humanidad y afirmó que con masacres y atentados no se puede alcanzar la paz. El presidente de Túnez, Moncef Marzuki, expresó la solidaridad de su país  con la lucha del pueblo palestino, denunció la bárbara agresión de la aviación israelí y reclamó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para que adopte sanciones contra Israel, mientras su ministro de Relaciones Exteriores, Rafik Abdesalem, visitaba Gaza.
El tema fue llevado efectivamente al Consejo de Seguridad el miércoles 14, en  reunión extraordinaria convocada por Egipto. El embajador de Sudán, Jaffa-Alla Elhag Ali Osman, líder del bloque islámico, reclamó “condenar el horrible ataque” y “enviar un fuerte mensaje para pedir un cese de hostilidades”. Pero ahí entró a funcionar el contubernio EEUU-Israel.
La embajadora estadounidense Susan Rice defendió la ofensiva israelí contra los palestinos y  alegó que no hay justificación para los ataques  que realizan grupos palestinos como Hamas contra los israelíes. De esta forma aplicaba la directiva del presidente Obama, expresada al primer ministro israelí Benyamin Netanyahu, de la cual da cuenta la Casa Blanca en los siguientes términos: “El presidente Obama reiteró al primer ministro Netanyahu el apoyo de EEUU al derecho de Israel de actuar en defensa propia a la luz de los ataques con cohetes lanzados desde Gaza contra los civiles israelíes. Ambos se mostraron de acuerdo en que Hamas tiene que detener sus ataques a Israel”  a efectos de reducir la tensión. También lo instó a realizar todos los “esfuerzos posibles para evitar víctimas civiles”.
De esta manera el gobierno de EEUU le estaba retribuyendo al gobierno de Israel los favores recibidos al rechazar por 21 veces consecutivas, solos contra el mundo entero, el reclamo universal de cese del bloqueo norteamericano contra Cuba, que hace unos días reunió en la Asamblea General de la ONU la voluntad de 188 países, contra EEUU e  Israel, más el islote de Palau.
Como consecuencia de la posición de EEUU, el Consejo de Seguridad no resolvió nada, manteniendo Israel su impunidad y las manos libres para continuar la agresión. El secretario general Ban Ki-moon visitará la región en los próximos días.
En Israel, la ola de ataques fue condenada por el diputado Dov Henin, del partido Hadach, quien demandó al gobierno “detener la matanza, detener de inmediato el derramamiento de sangre”, mientras grupos pacifistas se congregan frente al domicilio del ministro de Defensa Ehud Barak para solicitar que los fondos empleados en la agresión sean destinados a la solución de los graves problemas económicos de la población. También se registraron manifestaciones de ciudadanos norteamericanos frente al consulado israelí en Nueva York, denunciando a la vez la complicidad de la Casa Blanca, y demostraciones solidarias con los palestinos en Irán, en Caracas y otras latitudes. El tema estará vivamente presente en el encuentro internacional de solidaridad con Palestina a realizarse en Brasil.
Por su parte, Cuba reiteró a través del MINREX su “más enérgica condena a la nueva escalada de violencia y muerte que las Fuerzas Armadas de Israel están provocando en la Franja de Gaza”. Agrega que “una vez más, Israel hace valer su superioridad técnica y militar para reprimir en forma brutal a la población palestina”.              El MERCOSUR dio a conocer su posición en un comunicado difundido el sábado 17 desde Brasil. Los países mercosureños condenaron “el uso desproporcionado de la fuerza” en la franja de Gaza,  solicitando a ambas partes  el cese inmediato de la violencia y al Consejo de Seguridad la asunción plena de sus responsabilidades. El bloque, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay (suspendido) reconoce al Estado palestino y en diciembre pasado firmó un acuerdo de libre comercio con la Autoridad Palestina. A la vez, suscribió un TLC con Israel en 2007. El bloque expresó además “su apoyo a la solicitud del Estado de Palestina de adquirir estatus de Miembro Observador de Naciones Unidas”, punto que integra el orden del día de la sesión fijada para el 29 de noviembre.
Una grave amenaza para el futuro inmediato
Un comunicado sobre este tema, titulado “Israel bajo fuego” y emitido por la representación diplomática respectiva contiene omisiones sorprendentes. Se limita a señalar que Israel se retiró en 2005 de la Franja y que ahora es víctima de los cohetes lanzados desde allí. No dice una palabra de la masacre de 2008-2009, de los ataques a las Flotillas, del baño de sangre actual.  Más aún: deja la puerta abierta a una próxima invasión.
Este es ahora el problema principal, el más acuciante. La perspectiva de paz en la región se aleja cada vez más. El último intento serio en esa dirección fue protagonizado por el primer ministro Yitzaj Rabin, pero éste fue asesinado en una plaza de Tel Aviv en noviembre de 1995 por un joven israelí de ultraderecha. Hoy la ultraderecha está en el gobierno, con el partido Israel Beitenu del canciller Avigdor Lieberman, que se ha fusionado con el Likud del primer ministro Netanyahu y van en esas condiciones a las elecciones de enero próximo. Ya se ha señalado la coincidencia de que el atentado sangriento contra Gaza se produce dos meses antes de estas elecciones, y dos semanas antes de que la ONU vote, a fin de mes, sobre el reconocimiento de Palestina como estado observador del organismo internacional.
Pero hay otro elemento de importancia capital, llamado Irán. Existe la fundada presunción de que Israel decidió desatar un nuevo infierno en Oriente Medio mediante el ataque a los palestinos para preparar el escenario que conduzca a un ataque  de proyección nuclear contra Irán, tema sobre el cual viene insistiendo desaforadamente el primer ministro Netanyahu y al que procura arrastrar a Estados Unidos, ya pasada la elección presidencial. O sea que la perspectiva dramática  es la de una conflagración general en la región. Para evitarlo hay que conjuntar todas las fuerzas.
 
Publicado en LA ONDA digital, Nº 604, 20 de noviembre 2012