Palestina

El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, reunido en la Ciudad de La Habana, República de Cuba los días del 15 al 17 de julio de 2018, aprobó la siguiente Resolución sobre el Estado de Palestina, sobre la base de las siguientes consideraciones:
El 29 de noviembre de 2012, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Resolución 67/19 (proyecto de Resolución A/67/L.28) mediante la cual concedió a Palestina la condición de «Estado observador no miembro» de dicha organización[1]. Tal Resolución reafirma el derecho del pueblo palestino a un territorio bajo las fronteras definidas antes de la guerra de 1967, aun cuando ella no implica la admisión de Palestina como miembro pleno de la organización, en tanto que se requiere -indispensablemente- la aprobación consensuada del Consejo de Seguridad en el cual los Estados Unidos de América se opone hasta esta fecha, pese a que la mayoría de los países miembros de la ONU se han pronunciado porque Palestina sea miembro de pleno derecho.
Naciones Unidas eligió el 29 de noviembre, mediante la resolución 32/40 de la Asamblea General de 1977, como la fecha para celebrar el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, dado que en esa misma fecha, pero del año 1947, la Asamblea Aprobó la Resolución 181, mediante la cual proclamó la partición de Palestina en dos Estados, uno judío, el Estado de Israel creado en 1948, y otro árabe-palestino, que hasta la fecha no se ha podido crear[2].
En mayo de 1948, se inició la operación conocida como Al Nakba (en árabe significa catástrofe, calamidad o desastre), y que comenzara cuando el 78% de la población palestina en los territorios ocupados por el entonces naciente Estado de Israel creado por las Naciones Unidas, fueron violentamente expulsados de sus hogares. Hoy, y según cifras de la ONU, la población palestina fuera de sus territorios constituyen los más de 5 millones de refugiad@s que aún siguen impedidos de retornar a sus propias tierras.
El Gobierno de Israel, aparte de prohibir por todos los medios que un palestino retorne a su hogar de donde fue expulsado, centenares de métodos y procedimientos son utilizados para continuar con la expulsión y la limpieza étnica (la derecha israelí llama transferencia) del remanente de la población en Palestina histórica. La usurpación de las tierras palestinas y el desplazamiento de su población se llevan a cabo día a día, a vista, paciencia e indiferencia de todo el mundo.
Por otro lado, mientras se negociaba la paz, el Gobierno de Israel llevó a cabo un plan de división física y fraccionamiento de los palestinos. La mitad (5 millones) se encuentra en la diáspora, un millón y medio, el remanente de palestinos que no ha sido expulsado de sus tierras en 1948, vive el peor apartheid dentro de Israel, más de un millón y medio vive en Gaza, aislada y sometida a un férreo bloqueo y donde lo pacientes mueren debido a la prohibición del ingreso de medicamentos. El resto en Cisjordania absolutamente dividida en cantones o bantustanes rodeados por muros, cercos, colonias ilegales y puestos militares de control y, finalmente, Jerusalén Este totalmente aislada del resto de Cisjordania y su población sometida a la cesantía que llega al 40%, a la desnutrición infantil que alcanza el 62%, y a la confiscación de las casas y barrios para construir más asentamientos y barrios para los judíos extranjeros recién llegados. Todas son políticas tendientes a obligar a los palestinos a dejar sus tierras en búsqueda de mejores expectativas de vida.
De ahí que el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo se pronuncia por mantener la memoria viva. Los campamentos de refugiad@s aún existen en todo el mundo y, sin embargo, la mayoría de l@s palestin@s vive con la esperanza de tener justicia y libertad plenas. Condenamos los planes de colonización del Gobierno israelí que se están aplicando a un ritmo acelerado en el territorio palestino ocupado, especialmente en la capital palestina de Jerusalén Este. Afirmamos el rechazo de la legislación racista de la ocupación destinada a perpetuar la limpieza étnica en Jerusalén, demoler casas y robar tierras palestinas.
Expresamos nuestra condena a la decisión ilegal del presidente estadounidense Donald Trump de considerar a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar su embajada de Tel Aviv a dicha ciudad, así como rechazar la visión de los Estados Unidos de América para eliminar la causa palestina, a través del intento de no incluir los asuntos de las y los refugiados y Jerusalén en cualquier futura negociación.
Apoyamos al pueblo palestino en su resistencia popular y su derecho como pueblo bajo ocupación a resistir por todos los medios de conformidad con el Derecho Internacional, ante el sufrimiento palestino en la Franja de Gaza a la luz del continuo bloqueo durante más de diez años. Condenamos los intentos de los sucesivos gobiernos israelíes de perpetuar la separación entre Cisjordania y Gaza y de destruir la posibilidad de un Estado palestino independiente, y hacemos hincapié en la unidad de la tierra del Estado de Palestina en Gaza y Cisjordania.
Saludamos la firmeza de los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes, pedimos a las instituciones internacionales que sigan sus casos en todos los foros universales hasta su liberación, condenamos el arresto de niñas y niños que se han convertido en un símbolo del orgullo palestino frente a la ocupación.
Rendimos homenaje a la mujer palestina en la lucha continua frente al ocupante, al pueblo de los campamentos de refugiados y de la diáspora, apegados a su derecho al retorno y su lucha por los derechos civiles, sociales y económicos en los países de refugio, de una manera que les garantice una vida libre y digna.
La comunidad internacional debe asumir sus responsabilidades sobre la base de las Resoluciones pertinentes de la ONU para permitir que el Estado de Palestina logre su independencia y ejerza su plena soberanía sobre su territorio, incluida Jerusalén Este, en la frontera del 4 de junio de 1967, por lo que consideramos que la solución del conflicto debe ser mediante una Conferencia Internacional con el objetivo de: garantizar el fin de la ocupación y el desmantelamiento de asentamientos; permitir la creación del Estado de Palestina, con Jerusalén Este como capital; resolver el problema de los refugiados de conformidad con la Resolución 194 de la Asamblea General; y solucionar los demás asuntos en virtud de las resoluciones de legitimidad internacional y el derecho internacional con un límite de tiempo fijo.
El Gobierno de Israel debe rendir cuentas por sus violaciones contra el pueblo palestino a través de las herramientas del Derecho Internacional. Hacemos hincapié en la necesidad de adoptar el boicot a Israel y exhortamos a las naciones del mundo a que le impongan sanciones para impedir sus flagrantes violaciones del derecho internacional y poner fin a su continua agresión contra el pueblo palestino. Afirmamos la urgente necesidad de una protección internacional del pueblo palestino bajo ocupación de conformidad con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.
Una de las formas en que podemos contribuir solidariamente con la legítima lucha del pueblo palestino, es exigiendo a los países que todavía no expresan su reconocimiento pleno al Estado de Palestina, a que procedan en consecuencia por el más sentido de humanidad y con fundamento en las múltiples Resoluciones de las Naciones Unidas y el respeto al Derecho Internacional, pues pese a que más de 130 países han reconocido a Palestina como un Estado libre y soberano, no es comprensible o no se conoce razón alguna que justifique que todavía muchos Estados no hayan realizado acción alguna tendiente a ese importante reconocimiento.
El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, una vez más reitera su solidaridad con la justa causa del pueblo palestino.

¡VIVA EL PUEBLO PALESTINO! ¡PALESTINA EXISTE, RECONOCIMIENTO YA!

#FreeAhedTamimi

[1] Resolución 67/19 de la ONU http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/67/19
[2] Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU y Resolución 32/40 de la Asamblea General de la ONU. http://www.un.org/es/events/palestinianday/